Post by Admin on Apr 26, 2021 17:30:37 GMT
Mito de por que las hojas cambian de color
Esta historia está basada en el trágico amor de la vida y un humano a quien le entregó su corazón.
Al inicio de la vida los árboles eran concebidos con un hermoso ejemplar de color verde en las hojas que los adornaban, esto se debía a un hermoso ser cuidaba de la vida misma. Muchos la conocen como madre tierra, otros como una ninfa, pero sus hermanos y hermanas la conocían como la hermosa Méngyá, pues su nombre verdadero era Méngyá: “brote de vida”. Su trabajo en la creación consistía en crear hermosos ejemplares de bellísimos árboles que perduraran por el resto de la eternidad.
El jardín de Méngyá crecía al igual que su amor por los hermosos seres que comenzaban a habitar las tierras creadas por los divinos. Méngyá admiraba la belleza de su hermoso jardín con una sonrisa en su rostro, parecía, ya que junto a uno de los pequeños brotes de árboles se encontraba una figura masculina. Esta se encargaba de llenar las plantas con agua al mismo tiempo que les relataba historias.
Méngyá nunca había visto a un humano comportándose amablemente hacia sus creaciones, aquellos actos injustificados de amabilidad la habían cautivado y Méngyá cayó rendida ante los pies del amable joven ciervo.
Un romance secreto comenzó entre ellos, los años pasaban y su amor aumentaba, el único defecto era que ella no envejecía. El terror que tenía al saber que su amado ya no estaría con ella era enorme pero no podía hacer nada, no tenía el suficiente poder para volverlo un ser inmortal como ella, sabía que debía aceptar su destino así como su amor por el humano.
Con el paso de los años llegó la muerte de su amado, provocando una tristeza enorme dentro de Méngyá, quien por su dolor cambió el hermoso verde vibrante de las hojas a un opaco café. Las hojas alguna vez hermosas ahora eran frágiles y débiles. A Méngyá le había dolido tanto la muerte de su amado que sus hermanos, al notar aquel arranque, no negaron en ayudar a su amada hermana menor a superar poco a poco aquel suceso.
Pasaron seis meses tristes en los que las hojas se llevaron hasta el suelo los preciosos recuerdos que la criatura había compartido con su amado, pero finalmente habían terminado.
Se dice que cada seis meses Méngyá recuerda la tragedia de su humano, por lo que las hojas cambian de verde a café. Y durante los otros seis meses, Méngyá recuerda lo que disfrutaba hacer junto a su eterno amor, provocando que los colores opacos se renueven y queden atrás, llenando de nuevo brotes el recuerdo de su amor.
Al inicio de la vida los árboles eran concebidos con un hermoso ejemplar de color verde en las hojas que los adornaban, esto se debía a un hermoso ser cuidaba de la vida misma. Muchos la conocen como madre tierra, otros como una ninfa, pero sus hermanos y hermanas la conocían como la hermosa Méngyá, pues su nombre verdadero era Méngyá: “brote de vida”. Su trabajo en la creación consistía en crear hermosos ejemplares de bellísimos árboles que perduraran por el resto de la eternidad.
El jardín de Méngyá crecía al igual que su amor por los hermosos seres que comenzaban a habitar las tierras creadas por los divinos. Méngyá admiraba la belleza de su hermoso jardín con una sonrisa en su rostro, parecía, ya que junto a uno de los pequeños brotes de árboles se encontraba una figura masculina. Esta se encargaba de llenar las plantas con agua al mismo tiempo que les relataba historias.
Méngyá nunca había visto a un humano comportándose amablemente hacia sus creaciones, aquellos actos injustificados de amabilidad la habían cautivado y Méngyá cayó rendida ante los pies del amable joven ciervo.
Un romance secreto comenzó entre ellos, los años pasaban y su amor aumentaba, el único defecto era que ella no envejecía. El terror que tenía al saber que su amado ya no estaría con ella era enorme pero no podía hacer nada, no tenía el suficiente poder para volverlo un ser inmortal como ella, sabía que debía aceptar su destino así como su amor por el humano.
Con el paso de los años llegó la muerte de su amado, provocando una tristeza enorme dentro de Méngyá, quien por su dolor cambió el hermoso verde vibrante de las hojas a un opaco café. Las hojas alguna vez hermosas ahora eran frágiles y débiles. A Méngyá le había dolido tanto la muerte de su amado que sus hermanos, al notar aquel arranque, no negaron en ayudar a su amada hermana menor a superar poco a poco aquel suceso.
Pasaron seis meses tristes en los que las hojas se llevaron hasta el suelo los preciosos recuerdos que la criatura había compartido con su amado, pero finalmente habían terminado.
Se dice que cada seis meses Méngyá recuerda la tragedia de su humano, por lo que las hojas cambian de verde a café. Y durante los otros seis meses, Méngyá recuerda lo que disfrutaba hacer junto a su eterno amor, provocando que los colores opacos se renueven y queden atrás, llenando de nuevo brotes el recuerdo de su amor.
By: Lia